¿Por qué las pilas son contaminantes?
¿De qué manera contaminan?
¿Qué pila conviene más?
Clasificación de las pilas
Las pilas más comunes son cilíndricas de tamaño AA, AAA, C y D; de prisma cuadrangular de 6 y 9 voltios y; de botón, que se encuentran en varios tamaños.
En base a la duración de la carga, las pilas pueden clasificarse en primarias (no recargables) y secundarias (recargables).
Las pilas primarias se pueden sub- clasificar en pilas de carbón-zinc, alcalinas, de óxido de mercurio, de zinc-aire, de óxido de plata o de litio. Por otra parte, las pilas secundarias de uso doméstico, por ser recargables, generalmente contienen metales tóxicos como el plomo, cadmio y níquel.
¿Por qué las pilas son residuos peligrosos?
Una vez que las pilas dejan de ser útiles se convierten en residuos peligrosos, principalmente porque pueden contaminar desde mil a tres mil litros de agua, se ha considerado que una pila de botón puede contaminar hasta 600 mil litros de agua. Además, si éstas después de desecharlas son quemadas, se producen vapores que se dispersan por el aire y cuando llueve, los metales son arrastrados hacia el suelo y a los cuerpos de agua. Todo ello las muestra como uno de los residuos más peligrosos, que conlleva a la contaminación de nuestro planeta.Al conocer el grado de toxicidad que las pilas ocasionan al ambiente y a la salud, además del inadecuado manejo que se les da, surge la necesidad de implementar programas de separación de los residuos peligrosos que se generan de fuentes residenciales y que una vez recopilado se convierten en residuos sólidos municipales, ya que las propiedades químicas de estos residuos inciden negativamente en la degradación de los residuos.
¿Qué podemos y debemos de hacer?
Los seres humanos no podemos vivir aislados de la tecnología, pero con ello estamos haciendo un daño al ambiente, para disminuir este impacto negativo, principalmente por el uso y desecho de pilas, es necesario implementar programas ambientales. Un primer paso es hacer conciencia en la ciudadanía de disminuir el uso de pilas y que cuando éstas se desechen, lo hagan en los sitios especificados para su recolección. ¡Nunca en la basura!
Debido a ello, en nuestra Universidad, se realizan acciones y programas permanentes de educación ambiental en todas las dependencias para mitigar el impacto ambiental por el desecho de pilas. Actualmente, existen contenedores de pilas para separarlas de la basura ordinaria, dándoles una disposición final adecuada conforme lo establecido en la normatividad vigente. Además, existen empresas especialistas en el tratamiento de las pilas para así evitar su impacto al medio ambiente y a la salud.
Cada año, 40 millones de pilas y baterías son descartadas en la CABA, pero pese al volumen no existe un circuito formal de recuperación y de disposición final de estos elementos de variada toxicidad. Así lo revela el informe realizado por el Observatorio a cargo de Antonio Brailovsky, en el que se estudia y analiza el tratamiento de pilas y baterías usadas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Según indica la extensa publicación la experiencia real muestra que, en la ciudad, la mayor parte de las pilas y baterías usadas se desechan en la basura domiciliaria, lo cual significa que terminan en los rellenos sanitarios. Estos rellenos no deberían admitir desechos peligrosos, pero las pilas descartadas, mezcladas con la basura, logran ingresar a ellos debido a su pequeño tamaño. El mencionado circuito hace posible que los componentes tóxicos de las pilas se derramen y contaminen aguas superficiales y subterráneas.
En tanto, como en Argentina no existe un procedimiento autorizado para la destrucción y el reciclaje de los materiales de las pilas usadas, una cantidad de ellas se reexportan y una gran parte se dispone en forma insegura.
El proyecto de ley presentado por Heredia le exige a los importadores un Plan de Gestión Ambiental en el que tiene que cumplir requisitos mínimos, como tener las pilas acumuladas en contenedores de disposición final, es decir, empezar a pensar un plan de recuperación. El objetivo es darle a la pila un tratamiento especial como residuo peligroso y generar participación, información y toma de conciencia de parte de la sociedad sobre a dónde se van a disponer las pilas.
Esto es así porque, tal como lo establece el informe, la composición de las pilas y baterías incluye materiales peligrosos, tales como plomo, cadmio, mercurio y litio, que se propagan en los ecosistemas cuando se los descarta de manera inadecuada. partir de la publicación, realizada en junio de 2016, la Defensoría del Pueblo porteña realizó una recomendación a la APRA exigiendo, entre otros puntos, que las pilas y baterías usadas sean clasificadas como residuos peligrosos, que se defina como generadores a las empresas que las introducen en el mercado, y que su recepción sea obligatoria para dichas empresas, estableciéndose un sistema normalizado de almacenamiento y transporte de las mismas.
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